Cuando era pibe a unas 10 cuadras de mi casa había una “quema”, nombre que se le daba en esa época a los lugares donde los camiones depositaban la basura que recogían en la ciudad que a decir verdad era muchísimo menor la cantidad que en nuestro tiempo donde la cultura de lo descartable entre otras cosas provoca toneladas de basura.
Con un amigo de la infancia solíamos hacer incursiones al basural… era una verdadera aventura ¿qué encontraríamos allí?… caminábamos entre pequeñas columnas de humo que se alzaban al cielo creando un paisaje digno de una película post apocalíptica, nuestra búsqueda estaba orientada hacia dos productos: vidrios de colores y cajas de cigarrillos importados. Con los años al leer a Aldous Huxley caigo en la cuenta de que los vidrios y los cristales generan una atracción particular… es cierto….había un placer especial al ver el mundo a través de vidrios rojos, azules, verdes y los escasos amarillos.