El tren se detiene a las puertas de Ciudad Soya. Los Robots proceden a la descarga de los distintos productos que serán enviados a descontaminación. Los huemules y las timbúes bajan del tren y se quedan mirando en dirección a la Ciudad, que se encuentra enclavada en las sierra. La imagen es impactante. Los enormes murallones y el domo que la cubre donde se ven centenares de pequeñas luces circulando que son parte de Argos, el sistema de vigilancia utilizado en todas las Polis corporocráticas.
– Sacha. Wow!! Que lugar inmenso!
– Mariah. ¿te asombran las luces? ¡no te imaginas lo que va a ser esta noche con las estrellas! ¡Esas son luces verdaderas!
– Piero. ¡Me olvidé el poncho!… voy a tener que recostarme al lado de alguien para no morir de frio
– Eleonor. ¡Sencillo Piero! Te metes adentro de la bolsa de dormir y te sentás con nosotros al fogón, que es el único calor que vas a recibir
– Todos. Jajajajaja
Una camioneta de colonia Tanti los estaba esperando, luego de un viaje por las viejas y destruidas rutas llegaron a destino. Decidieron montar campamento en un lugar llamado “el diquecito” desde donde se proveía agua la colonia para su producción hortícola bajo cubierta; al igual que el resto de las colonias comerciaban con los jerarcas de Ciudad Soya proveyendo de distintas hortalizas orgánicas mejoradas por cruzamiento natural de especies, los que las hacía no solo muy nutritivas sino sabrosas.
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