Ocurrió en la ciudad norteamericana de San Francisco, Danielle Lei, la girl scout que veis en el reportaje, decidió colocar su puesto de galletas, las famosas cookies, enfrente de un dispensario de marihuana. Espíritu emprendedor, sin duda, pues sabía que el fumar marihuana provoca unas tremendas ganas de comer dulce y así en dos horas Danielle vendió más de cien cajas de galletas.
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