“La ocupación favorita y más intensa del niño es el juego.
Acaso sea lícito afirmar que todo niño
que juega se conduce como un poeta, creándose un mundo propio,
o, más exactamente, situando las cosas de su mundo
en un orden nuevo, grato para él.
Seria injusto en este caso pensar que
no toma en serio ese mundo: por el contrario,
toma muy en serio su juego y dedica en él grandes afectos.
La antítesis del juego no es gravedad, sino la realidad.
El niño distingue muy bien la realidad del mundo y su juego,
a pesar de la carga de afecto con que lo satura,
y gusta de apoyar los objetos y circunstancias
que imagina en objetos tangibles y visibles del mundo real.”
Sigmund Freud
“Se que el Scoutismo es un gran juego,
mi miedo es que con tantas reglas se
esté convirtiendo en uno demasiado serio”
Jaques Moreillon
Ex secretario general de la O.M.M.S.
Introducción:
Nunca está demás recordar que durante muchísimos años se ha definido al Movimiento Scout como un “Gran Juego”. Definirlo de ésta manera tiene sus consecuencias, ignorar ésta definición también. Más allá de los objetivos de las distintas asociaciones que practican el escultismo, no podemos abandonar la idea de que si por algo los chicos participan en el Movimiento Scout es porque tienen la posibilidad de jugar; cuando en éste provocamos una desviación la cosa se pone “más seria”, aparecen las complicaciones. No nos olvidamos que una vez ante una afirmación realizada por un dirigente (Hormiga alegre) este nos dijo “están equivocados los chicos vienen al grupo a estar de fiesta”, esta frase que a simple vista era transgresora del nuevo sistema y seriedad educativa, con el tiempo nos fue mostrando una alta sabiduría. (El dirigente en ese momento tenía solo 23 años)