Hacía una semana que Sacha leía todas las noches, a escondidas en el baño, “Escultismo para muchachos”… único lugar de donde no habían cámaras. Quería evitar que el sistema de seguridad detectara actividades que permitieran inferir una conducta contravencional implicando algún castigo para él, sus padres o su querido abuelo José… desde el año 2020 las cámaras de los hogares estaban interconectadas con el Sistema de Seguridad Civil y cuando el programa sospechaba un posible delito automáticamente enviaba un informe al SPS (Sistema Policíaco Corporativo) que investigaba el hecho y determinaba si se debía dar intervención al Sistema Judicial, sea de adultos o Juvenil.
Los primero capítulos lo habían entusiasmado ¿era posible que en la juventud su abuelo hiciera las cosas que decía el libro sin interfaz? ¿Realmente se podía ser scout sin el pago a la Organización Scout del soporte neural y las respectivas cuotas de acuerdo a la calidad de miembro y bonus para mejorar el juego? ¿Obtener una especialidad era gratis y se lograba con esfuerzo personal? ¿Las buenas acciones se hacían con gente de verdad y no pagando créditos de Buena Acción en algunas de las empresas que tenían convenios específicos con la Organización Scout y que ayudaban a los que vivía en la periferia de ciudad Centro?… No podía creer lo que leía y se daba cuenta que un escultismo como el que había vivido su abuelo en esta época era casi imposible… ¿ y si le contaba a su patrulla?
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